lunes, 14 de febrero de 2011

las flores del mal

EL HOMBRE Y EL MAR


¡Hombre libre, siempre adorarás el mar!

El mar es tu espejo; contemplas tu alma

En el desarrollo infinito de su oleaje,

Y tu espíritu no es un abismo menos amargo.



Te complaces hundiéndote en el seno de tu imagen;

La abarcas con ojos y brazos, y tu corazón

Se distrae algunas veces de su propio rumor

Al ruido de esta queja indomable y salvaje.



Ambos sois tenebrosos y discretos:

Hombre, nadie ha sondeado el fondo de tus abismos,

¡Oh, mar, nadie conoce tus tesoros íntimos,

Tan celosos sois de guardar vuestros secretos!



Y empero, he aquí los siglos innúmeros

En que os combatís sin piedad ni remordimiento,

Tanto amáis la carnicería y la muerte,

¡Oh, luchadores eternos, oh, hermanos implacables!



(1852)

CHARLES BAUDELAIRE

LAS FLORES DEL MAL

POESÍA

PIEZAS CONDENADAS

POR E. M. S. DANERO



Una prosa aproximadamente rítmica,

libre de la servidumbre de la rima,

que puede ser tan exacta como una traducción en prosa corriente

Digitalizado http://bestiario21.blogspot.com

viernes, 11 de febrero de 2011

MANIFIESTO

Manifiesto: “La vuelta del fotógrafo. El dar a luz”




Bajo el presente análisis crítico ponemos de manifiesto la furiosidad que nos evoca pensar la fotografía como una nueva forma de hacer zapping, un nuevo entretenimiento cada vez más atractivo y popular. Una forma fácil, rápida y efectiva de captar momentos y lugares.
El registro se reemplaza por la vivencia, los sentidos se monopolizan en la visión detrás del display, la realidad se vive mediante una pantalla.
Cabe aclarar que nos referimos a la fotografía aludiendo al sector de expertos y aprendices que trabajan con un fin artístico. Vaya artistas si los hay que no manejan más que un gran aparato tecnológico y nada saben de sensibilidad. ¡Qué amplitud ha llegado a tener esta denominación!

Hace más de ciento cincuenta años Baudelaire declaraba que la fotografía no era un arte sino una industria . Qué dirían los románticos que avalaron sus inicios si vieran que hoy el artista abusa de la fotografía: y lo decimos con total convicción porque hoy una buena máquina resuelve la torpeza de un ojo, una falla técnica y hasta es posible “mejorar” una mala toma con operaciones de retoque. Operar una foto, mejorar el aspecto, quitarle edad con silicona ¡cuánta artificialidad! No abusemos de las posibilidades que nos da la tecnología porque esto le quita sensibilidad, verosimilitud, pureza a la obra.

¡Recuperemos el momento del nacer de la foto! Consideramos que hoy algunas cuestiones están siendo olvidadas y negativamente reemplazadas. ¡Proclamamos la vuelta del fotógrafo dando a luz!

El momento del nacimiento de la foto, de la obra antes y después del ¡Chick! Disparador delicioso del instante preciso donde la luz hace de música y su entrada al círculo de cristal genera un baile rítmico, una coreografía de los espejos que permite plasmar “forma” a esa tira color tronco mil veces perforada.
“En una foto dos son los puntos fundamentales: la composición y la luz […] para obtener buenos resultados una gran parte del trabajo se debe realizar antes de disparar. La habilidad de producir imágenes interesantes más que de la suerte, depende de una detenida observación, de un análisis y de una buena planificación.”

¿Por qué convertir la maravillosa búsqueda de la foto en una mera recopilación de imágenes sin sentido? La fotografía digital abusa de lo asequible de sus disparos y nos ofrece en poco segundos el resultado. Un perfecto atractivo aquí y ahora, -¡YA!- que nos calma la cotidiana ansiedad al menos hasta la próxima toma, pocas milésimas de segundo después.

Esta búsqueda desesperada de la imagen es coherente con el valor predominante que tiene la cultura visual en nuestra sociedad. Lo que se ve es más importante que lo que se es.

Una fotografía es capaz de mostrarle al mundo una maravilla natural, un paisaje, cualquier rincón, una rara especie animal o una situación social, y de esa forma nos damos por entendidos. Debemos poner en juicio la veracidad de las imágenes que nos ofrecen, ya que hoy es posible mediante un juego digital, crear una situación cualquiera sin levantarnos de una silla y sin dejar de mirar una pantalla.

Sería ingrato olvidarnos de las ventajas que nos ha traído la fotografía digital como la rapidez, preselección de las imágenes en la pantalla y la economía entre otras.
Pero aquí tenemos que subrayar como gran punto en contra que: el abuso de la función “auto”, el disparo irrestricto y la posibilidad de la pos- producción han hecho, insistimos; que se pierda la valoración del entorno y de la misma imagen. Esto incrementa la incredulidad generada por la posibilidad y el abuso del retoque; donde se pone en duda si existe o existió realmente eso que uno ve, o es una mera construcción, otra de las tantas ficciones sin sentido que nos llevan a nada.

“La fotografía se convierte entonces para mí en un curioso médium, en una nueva forma de alucinación: falsa a nivel del tiempo: una alucinación templada de algún modo, modesta, dividida (por un lado , por el otro ): imagen demente, barnizada de realidad”

¡Volvamos a vivenciar el espacio! ¡Busquemos la hora dorada poniendo el despertador! Hacer fotos podría volver a ser una búsqueda del instante, una meditación previa, un contacto con los objetos y con el medio, una apertura de todos los sentidos, una vivencia, una sensibilidad maravillosa.

“Las fotos se obtienen desarrollando la visión, y no con el simple uso de potentes focos de estudio, ruidosos motores o larguísimos teleobjetivos. El visor es el lazo de unión entre el fotógrafo y el mundo”

Si bien somos concientes de los avances tecnológicos y de hecho hacemos uso también de los aparatos digitales, creemos que hay un gran abuso que convierte a la fotografía en un artificio interpretado por una máquina y también da muerte al mundo de la fotografía analógica.

Sostenemos que no tiene por qué ser desplazada porque aquí hay otra búsqueda, otro propósito y de hecho, otro resultado.

Romanticismo analógico vs. Posmodernidad digital.

Una nueva artificialidad que desenfoca los sentidos del artista y nos invita a la mesa cuando la comida está servida.

“¿Loca o cuerda? La Fotografía puede ser lo uno o lo otro: cuerda si su realismo no deja de ser relativo, temperado por unos hábitos estéticos o empíricos (hojear una revista en la peluquería, en casa del dentista); loca si ese realismo es absoluto y, si así puede decirse, original, haciendo volver hasta la conciencia amorosa y asustada la carta misma del Tiempo: movimiento propiamente revulsivo, que trastoca es curso de la cosa y que yo llamaré, para acabar éxtasis fotográfico.”

Invitamos a nuestros colegas a rechazar todo lo que implica sedentarismo y post-producción, esa búsqueda caprichosa de la “imagen atractiva e interesante” que compre espectadores numerosos y renovables.

¡Colguémonos la máquina y salgamos al espacio a buscar, con nuestro propio ojo, la sensibilidad del medio que no encontramos a diario!




Rosario, Diciembre de 2010




Di Pascuale Mariana



texto crítico 1 + información adjunta

Mi encuentro con la obra de Luis Felipe Noé situada en estos días en el Museo Castagnino de esta cuidad, se dio de una manera inusual.

Cuando fui a verla me informaron que la muestra ya había cerrado y que en minutos comenzaría un Concierto de Cámara en la sala central, justamente donde habitaba la obra de Noé. Pensé entonces, que sería un marco ideal para fusionar, palabra muy de moda, emociones dadas por la maravilla noeliana que ya me rodeaba, y el gran concierto lírico que a continuación iba a dar comienzo.


Dejé que mis sentidos se liberen y se preparen para vivir el gran fenómeno de la coincidencia.


Nadie puede dar sólo un vistazo a la obra de Noé, parece interminable, indescubrible, no puedo dejar de mirarla sin dejar de sorprenderme. Pienso que el emplazamiento es el ideal para sentirse dentro de ella. La sala se convierte en el gran túnel del caos. Ya no se propone el típico recorrido del espectador caminante; uno se sienta y se encuentra completamente rodeado.


A mi izquierda, un gran paisaje de colores, formas, líneas, manchas, ritmos, texturas, planos, llenos, vacíos, figura, abstracción, blanco, negro, exceso de lenguaje.

¿Menos es más?

Pareciera que no para Noé, porque maneja un sentido exquisito de la composición y demuestra que no hay reglas en el arte.


Comienza el concierto, la gente toma la revista para saber el nombre de la primer pieza.

Una gran voz acompañada de un piano atípico inundan la sala.


Las líneas del paisaje bailan al compás de la música que por momentos se detienen, bajan, se agudizan… Ya no puedo dejar de sentir que los colores se intensifican cuando la intérprete sube la tonalidad; y cuando hay un momento de lentitud toda la obra se detiene y renacen los acromáticos como si les correspondiera ese preciso momento.


Es increíble pensar que la obra de Noé podría adecuarse a muchas músicas, ya que esta pieza corresponde al siglo XIX y el lenguaje de Noé contiene todos los ingredientes vanguardistas, por así decirlo. A mi parecer es una mezcla de expresionismo, abstracción, pop.


A mi derecha las obras “se fragmentan”, aunque siguiendo la forma de un paisaje rectangular. Son como recortes amorfos donde pareciera que cada uno describe un estado de ánimo diferente, o tal vez submundos, en los que continúa realizando ese juego lineal del dibujando, del pintando, del contando. El movimiento que se genera dada la irregularidad de los soportes, el juego de la línea, la alteración de los ritmos pareciera dar un continuo desplazamiento… La obra no deja de bailar, propone una permanente búsqueda y una inmersión en un mundo lúdico. Mundo al que me dan ganas y necesidad de pertenecer, quiero sumergirme en las obras, ¿como sería un mundo pintado por Noé? ¿Tal vez es esto? ¿Es este el caos del que habla? ¿Por qué entonces la necesidad de ingresar en él?


Mirando el concierto veo un piano de cola negro, un atril con partituras y dos personas: un caballero vestido con traje negro al piano y en la voz una joven de pelo largo, oscuro y muy lacio, un vestido rojo, muy fina en modales. De fondo, la abertura de la pared nos deja visualizar dos óleos de estilo barroco de la sala posterior que pertenecen a la muestra permanente del museo, esto crea un telón acorde a la temporalidad del concierto.


Me parece importante hablar de esta postal porque me da la sensación de que si pregunto a los presentes cuál de este tipo de obra – la muestra permanente o la muestra de Noé- son más acordes al concierto que escuchamos, seguramente me responderán que las clásicas.


Para mi esta es la genialidad de una obra, persistir a los contextos que genera el paso del tiempo, y creo que Noé soporta desde este tipo de fondos musicales, hasta un tema de rock and roll de los años 70 o un reggae de Tryo.


Sensaciones que percibo: por momentos la música me eleva y siento que dejo mi asiento y soy absorbida por los paisajes de Noé. Como si cada obra tuviese su propia vegetación, su propia fauna, su propia angustia o alegría, su único clima.

Exceso de vibraciones en el lugar.

La escasa figuración se asoma como escondida, de a poco aparece algún rostro derivado de una línea, como si el paisaje no estuviera solo. Hay una necesidad de que la figura humana aparezca de alguna manera: en forma de rostro, de perfil, estática o en movimiento, algunos formando parte de esos submundos sin parecer notar nuestra presencia; y otras mirando hacia afuera, hacia nosotros, el que las mira, como si supiera que allí estamos…


Después de doce piezas termina el concierto. Aplaudimos de pie.


Di Pascuale, Mariana (mayo 2010)

atributos a la confusión contemporánea

El pintor se ha sentado a observar.
Mira el cielo, respira. Su alrededor es un imperio de éxtasis,

Piensa.
Su interior, un vacío. Su existencia, dobla las cejas, un espanto de verdades.

Su talento, un vano atributo.
Sonríe. Sus manos, sus grandes manos, bailarinas fieles…

Y el hambre siempre presente.

Sus carbones, su único capital

El arte, su única verdad.

(Mariana Di Pascuale. agosto2010)

poesía visual















































se me van los pies























desnudo acromático/serie. fotografía digital

                                                                       




Desnudo acromático
serie fotografía digital
2011